viernes, 16 de diciembre de 2016

Pilar número 4: descanso

Descanso no quiere decir solo dormir o tumbarse a la bartola sin hacer nada... aunque sí, también quiere decir eso. Hay muchos tipos de descanso, incluso actividades que nos descansan, aunque parezca una paradoja.

Descanso es todo aquello que nos permite relajarnos, dejar nuestro cuerpo en un estado de calma y permitir que los procesos vitales sigan su curso: digestión y asimilación de nutrientes, oxigenación, reparación de tejidos, regeneración, crecimiento... Los niños crecen cuando duermen. Los adultos nos reparamos durmiendo. Nuestro cerebro se ordena y fija las ideas y la memoria en las horas de sueño. Somos como un coche o un barco: para arreglarlo y ponerlo apunto tiene que estar parado, en un taller o en dique seco.

Para hacer buenas digestiones, como para tener salud en general, necesitamos el descanso suficiente. Y esto significa:

A.    Horas de sueño. Cada cual tiene su tope ideal, pero por lo general dormimos menos de lo que deberíamos. Entre seis y ocho horas está bien, aunque hay personas que con cinco ya tienen bastante y otras necesitan nueve o diez para sentirse bien. La señal de que has dormido lo suficiente es esta: te levantas con buen pie, con ánimo y energía. Y durante el día te mantienes despierto sin necesidad de cafés o estimulantes. Si no es así, te falta sueño.

B.    Busca cada día un tiempo para relajarte y respirar hondo, aunque solo sean cinco minutos. Unas cuantas respiraciones profundas pueden hacer maravillas en tu cuerpo y en tu psique.

C.    Duerme la siesta, si puedes. Es genial para facilitar una buena digestión. Pero atención: no una laaaarga siesta de dos horas. Con veinte minutos basta, según los expertos es el tiempo ideal para reponer energías y no aletargarte aún más. Si no puedes ir a la cama, duérmela en un sofá o sillón, semi-recostado en la postura que te sea más confortable.

D.    Cada día intenta darte un descanso mental: distrayéndote con alguna actividad creativa o divertida que te sea gratificante. Jugar con tus hijos, bailar con tu música preferida, pasear, charlar con los amigos, ir a correr, pintar, escribir, tocar la guitarra. ¡Tú sabrás! Hazte ese regalo.

Personalmente te diré que sigo estos cuatro consejos desde hace años, y me va de perlas. El día que fallo en alguno de ellos no me encuentro tan bien... incluso no digiero tan bien la comida, ¡puedes creerlo! Los dos indispensables son, para mí, dormir bien por la noche y la siesta. Buscar tiempo para respirar, relajarme y dedicarme a mis hobbies ha sido una conquista, pero te aseguro que ha valido la pena. Te animo a emprender tu lucha por un descanso reparador. Si no descansas bien, no harás buenas digestiones.  Y aunque te parezca que digieres piedras, tu cuerpo no asimilará bien la comida que tomas y no te aprovechará. Ya lo sabes, ¡descansa!


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