miércoles, 23 de octubre de 2019

Intestino y cerebro - 2


Hoy me centraré más en cómo la buena salud digestiva puede afectar a la salud cerebral y cómo una buena flora intestinal puede mejorar ciertas enfermedades neurológicas o psiquiátricas. El tema es apasionante y ya hace bastantes años que se está investigando. ¿Puede ser que la toma de probióticos adecuados mejores enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer, la esquizofrenia o la epilepsia? Se han hecho algunos estudios con pacientes humanos y los resultados parecen prometedores.



Una triple conexión


Según los expertos, la conexión cerebro-intestino se da por tres vías. Intentaré explicarlo de manera fácil y amena, apta para los que no estamos familiarizados con la jerga científica.
Estos tres caminos o vías de conexión cerebro-intestino son:

1.    El nervio vago. Este nervio es el responsable de activar todo el sistema digestivo. Digerir la comida, como respirar, o sudar, es algo que nuestro cuerpo hace por sí mismo, sin que tengamos que darle órdenes. No depende de nuestra voluntad, pero, al igual que otros procesos del cuerpo, está regulado por el cerebro.

2.    La circulación. A través de la sangre se comunican todos los órganos del cuerpo. Los neurotransmisores, las hormonas y los ácidos grasos que produce el intestino llegan al cerebro, y al revés: los neurotransmisores y las hormonas que produce el cerebro alcanzan el intestino.

3.    El sistema inmune, o las defensas de nuestro organismo. La salud intestinal afecta al sistema inmune. Las bacterias del intestino reaccionan ante ciertas sustancias, produciendo lo que se llaman citoquinas inflamatorias. Estas citoquinas pueden alcanzar el cerebro y alterar la función neuronal. Pero las bacterias intestinales también pueden producir citoquinas antiinflamatorias, que ayudan a la renovación de las neuronas cerebrales.



En resumen, vemos que la salud intestinal puede afectar al cerebro. Pero también la salud cerebral puede afectar al intestino, produciendo ciertas hormonas que alteran su funcionamiento.

Hoy nos centraremos en el camino 2: la circulación. Vamos a ver brevemente qué sustancias circulan por nuestra sangre y pueden mejorar o empeorar nuestra salud intestinal y cerebral.

Hay dos tipos de sustancias que nos interesan aquí: las hormonas y los ácidos grasos de cadena corta.



Hormonas felices


Las bacterias intestinales producen sustancias que pueden llegar al cerebro, como el triptófano. Este regula la producción de serotonina, la hormona que regula el humor ―se la llama la hormona de la felicidad―.

La microbiota intestinal sana también promueve la producción de dopamina, otra hormona que regula los movimientos del cuerpo y las emociones. Su deficiencia es típica en la enfermedad de Parkinson.

Otra hormona influida por el intestino es la llamada GABA: la hormona de la serenidad y la calma, regula las emociones y la ansiedad. Una buena flora intestinal segrega sustancias que son precursoras de esta hormona.

En conclusión, podemos decir que mantener nuestra flora intestinal sana nos va a dar más tranquilidad, claridad mental, calma y alegría. ¡Los estudios científicos lo están comprobando!


Ácidos beneficiosos


No son los que comemos, sino los que producen nuestras bacterias intestinales a partir de ¡la fibra! Por eso es tan importante tomar muchos alimentos ricos en fibra. Nosotros no la digerimos, pero nuestras bacterias sí, y a partir de su digestión segregan estos maravillosos ácidos grasos de cadena corta que, en su justa medida, son medicinas para nuestro cuerpo. Veámoslos.

Se llaman propionato, butirato y acetato. Forman partículas diminutas que corren por la sangre y pueden llegar al cerebro, atravesando la barrera de protección (hematoencefálica). Allí, estos ácidos regulan los niveles de GABA, de glutamina y otras sustancias importantes para mantener una buena salud cerebral. Además, el propionato contribuye a regular la presión arterial. El butirato alimenta y regenera las células del colon, reduciendo la inflamación, por lo que algunos médicos están estudiando su uso para prevenir o tratar el cáncer de colon.



Unos poquitos consejos


Para finalizar, ¿qué hacer para que esta vía cerebro-intestino esté bien despejada y con una circulación óptima?

Además de seguir los consejos que di en la otra entrada, si queréis producir buenas hormonas y buenos ácidos grasos, protectores de vuestra salud mental y emocional, un mimo para el cerebro, lo mejor que podéis hacer es...

1.    Tomar mucha fibra: verduras, frutas, legumbres y cereales integrales. Buscad los que os sienten mejor, bien cocinados si conviene, y tomadlos a gusto y en cantidad.

2.    Cuidar la salud de la flora intestinal. Si tenéis disbiosis, buscad un buen probiótico con consejo médico.

3.    Evitad todo lo que irrite el intestino: fármacos, antibióticos, lácteos, azúcares, alcohol y harinas blancas. La carne también es inflamatoria por un motivo: todos los animales de granja reciben gran cantidad de antibióticos en su crianza. Estos pasan a su sangre, a su carne y a su grasa, y nosotros nos lo tragamos tan felizmente. De modo que, si sois carnívoros, ¡cuanta más moderación, mejor!

En la próxima entrada, hablaremos del nervio vago.

2 comentarios:

  1. Hace mucho que no publicas nada. Lo echamos de menos. Un abrazo.

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  2. ¡Muchas gracias por tu visita! En este último año he tenido que reorganizar mi tiempo y mi trabajo, y no he podido dedicarme al blog como hubiera querido. Pero recojo tu petición, para volver a activarlo cuanto antes. Un abrazo.

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