viernes, 21 de septiembre de 2018

¿Por qué una dieta vegana puede mejorar tu digestión?

No soy una vegana estricta. De tanto en tanto como carne, pescado o algún huevo o tortilla. Pero mi alimentación en el día a día es prácticamente vegana. He cambiado mi forma de comer, no por ideología, ni por fanatismo, sino por la experiencia: he comprobado que hacer cambios en mi dieta ha mejorado mi salud, mi bienestar, y ha terminado con problemas digestivos que arrastré durante décadas. Los dos más importantes eran el estreñimiento y las indigestiones (ardor de estómago, malestar y regularmente “ataques de gases”, con dolorosas hinchazones que duraban horas). 

Empecé a probar cambios en mi dieta y el más definitivo de todos fue adoptar el programa McDougall, con algunas precisiones. Este programa consiste en seguir una dieta vegana, basada en almidones, es decir, que el plato principal debe ser a base de patatas, arroz, legumbres u otros alimentos ricos en carbohidratos complejos. Lo más espectacular, para mí, fue dejar el aceite: ¡los ardores de estómago desaparecieron de la noche a la mañana! Aquí lo cuento en más detalle.

Almidones, frutas y verduras: base de una buena dieta vegana.

El azúcar fue lo primero que barrí de mi cocina, como relato en esta entrada. Los azúcares refinados se convierten en alcoholes dentro el organismo (lo fermentan todo y generan gases y malestar). Además, si no se queman, acaban almacenándose como grasa. Los picos de triglicéridos en sangre pueden provenir de atracones de dulce.

Los lácteos los dejé más tarde, tras leer el Estudio de China. Este libro del Dr. Campbell me convenció, pero mi experiencia hacía años ya me avisaba. La leche siempre me produjo mucosidades, afonía y mucho gas. Los yogures y el queso, sin yo saberlo, me irritaron el intestino durante años, y estaban agravando mi estreñimiento.

¿Y la carne y el pescado? Os voy a decir algo: hasta hace pocos años yo era una carnívora decidida. Siempre me ha gustado la carne. El pescado algo menos, pero también comía. ¡Y los huevos me encantan! Antes de adoptar el programa McDougall aprendí qué efectos tienen los productos animales en el cuerpo. Es verdad que contienen mucha proteína y minerales, y algunas vitaminas. Son una bomba concentrada de estos nutrientes. Pero también son ricos en grasas saturadas y colesterol. Las carnes, que vienen de animales en granja, están trufadas de antibióticos y hormonas. Los fármacos que toman los animales inflaman el intestino, y nosotros los tomamos cuando nos zampamos un bistec o un muslo de pollo. Incluso los animales criados de forma ecológica reciben sus dosis de medicamentos, por normativa sanitaria, así que la carne orgánica no se libra de esto. Los pescados, que vienen de mares contaminados, son ricos en metales pesados, tóxicos para el organismo (mercurio, plomo y otros). Tanto, que se desaconseja a las embarazadas tomar ciertos pescados grandes, para evitar daños neurológicos en el feto.

En este artículo sobre el envejecimiento, el Dr. Greger habla de los efectos inflamatorios de la carne y los productos animales en el organismo.

Salmón: estupendo por los omega 3... un riesgo por los metales pesados. Y rico en colesterol.

Pero ¿por qué mejora la digestión comiendo sólo plantas?


Digestivamente hablando, las carnes son “duras” de asimilar. Se digiere mucho mejor un plato de verduras que unas chuletas. Su contenido en proteínas y grasas requiere de muchas enzimas y bilis, y esto da más trabajo al estómago y luego puede irritar el intestino. Si quieres digerir bien la carne, el pescado o los huevos, mejor tómalos solos o acompañados con algo ligero (todo tipo de verduras, nada de féculas ni almidones). Si tu estómago es delicado, olvídate de las mezclas carne-patatas, pescado-arroz, huevo-pan, etc. Pueden ser riquísimas al paladar, pero en la tripa, una ruina.

Por otra parte, una dieta vegana completa contiene muchísima fibra vegetal, y esto es estupendo para nuestro colon y nuestra microbiota bacteriana, que puede florecer y producir muchas substancias que necesita nuestro cuerpo. Un buen tránsito intestinal desbloquea muchos otros problemas de salud y reduce la toxicidad en nuestro cuerpo. 

Finalmente, saber que con alimentos vegetales y variados podemos suplir perfectamente nuestras necesidades proteicas, me decidió. Y ¿qué puedo decir?

Proteínas vegetales. ¿Sabías que el trigo y el arroz blanco tienen hasta un 10 % de proteína? 
¿Y que las legumbres o los frutos secos tienen casi tanta como la carne? 
¿Y que la soja tiene todos los aminoácidos esenciales que necesitamos?


Como en mucha más cantidad ahora que antes, me encuentro de maravilla y digiero mucho mejor. He incorporado a mi dieta alimentos que antes apenas probaba, mucha variedad y sabores nuevos. He aprendido a cocinar sin aceite y con especias y hierbas… ¡Disfruto de la comida!

¿Gases? Sí, tengo, pero muchos menos, y si alguna vez siento alguna molestia por alguna mezcla que he hecho, pasa rápido. ¿Estreñimiento? Adiós. Si sigo mi régimen, evacúo al menos una vez al día sin problemas. ¿Dolor de estómago, acidez, reflujo? Ya no tengo. La alegría de pasar una tarde digestivamente apacible, después de comer, ¡no tiene precio!

¿Qué ocurre cuando alguna vez como carne o pescado? Si los tomo a la plancha o al horno, acompañados de un plato de verduras, sin pan y sin postre, no pasa nada. Generalmente los digiero bien. Pero, cosa curiosa, el estreñimiento vuelve de inmediato y puedo pasar dos, tres y cuatro días hasta recuperar la regularidad. Me temo que si volviera a comer carne, pescado o huevos diariamente, volvería a sufrir los problemas que he pasado durante décadas.

Un estupendo solomillo... Aunque no lo creáis, ¡una de mis comidas favoritas hace algunos años!

¿Por qué? Esta experiencia me confirma lo que ya advierten los médicos que abogan por un veganismo sano. Los tóxicos y los antibióticos que traen consigo los productos animales irritan el intestino y dañan la flora bacteriana del colon. Además, estos alimentos contienen cero fibra. Por tanto, no ayudan al tránsito. ¿Unas costillas de cordero, un papillote de salmón o una tortilla de patatas, de tanto en tanto? Sí, como extra. Pero que no sean la norma. Si tienes problemas digestivos, como los he pasado yo durante más de media vida, prueba aunque sólo sea una semana a llevar una dieta vegana saludable, rica en almidones, sin aceites y sin azúcares refinados (aquí tenéis una buena guía). ¡Es posible que notes grandes mejoras!

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