Buscando un mayor rendimiento de las cosechas,
el trigo ha sufrido diversas modificaciones genéticas por mano del hombre. Esto
ha sucedido con muchas otras plantas. Pero en las últimas décadas el caso del
trigo ha sido exagerado. El trigo que hoy se cultiva en el 90 % de los campos
es de una variedad tan modificada que su genoma es.... ¡cuarenta veces más
complejo que el genoma humano! Las proteínas del trigo son tan enormes que el
organismo humano no siempre puede asimilarlas, y las rechaza como si fueran
bacterias invasoras. De ahí que, cada vez más, oigamos casos de personas que no
pueden tomar trigo o derivados de este cereal.
Algunas distinciones
No es lo mismo alergia, que intolerancia.
Tampoco es lo mismo “trigo”
que “gluten”. Vamos a distinguir un poco.
Alergia es una reacción subita y violenta de nuestro sistema inmune contra una
sustancia que nos resulta tóxica. Puede requerir hospitalización urgente y hay
riesgo, incluso de muerte. Si eres alérgico a algo, debes evitar esa sustancia
a toda costa.
Intolerancia es un rechazo no tan agresivo, pero no menos importante. El cuerpo no
acepta un nutriente y el sistema inmune intenta eliminarlo como sea. Si tomamos
con frecuencia un alimento que nos produce intolerancia acabaremos
desequilibrando el sistema inmune: o no funcionará o reaccionará produciéndonos
efectos indeseados. Hay muchos síntomas de un sistema inmune deprimido o
exasperado: irritación de la piel, psoriasis, artritis, migrañas, hinchazón
abdominal, cansancio, dolor muscular, estreñimiento o diarrea, ronquera,
congestión nasal... Todo esto son señales de que estamos tomando algo que nos
daña, aunque no sepamos qué es. Muchas molestias inexplicables tienen su origen
en un sistema inmune dañado por alguna intolerancia.
Y por último está la “sensibilidad”, otra forma de intolerancia, que puede dar síntomas
menos severos, pero que también indica que debemos dejar de tomar alguna
sustancia.
En la página web Celiacos.org
explican bien en qué consiste la celiaquía.
En la página
del Dr. Schar encontrarás la diferencia entre celiaquía, alergia al trigo,
sensibilidad al gluten y otras enfermedades relacionadas con los cereales.
¿Habéis oído hablar del neurogluten?
Pues alerta. Se están descubriendo diversos problemas neurológicos causados por
el gluten. El tema da qué pensar.
Trigo, gluten y otros granos
El gluten es una de las proteínas que contiene el trigo. No es la
única, por eso hay personas que no son alérgicas al gluten, pero sí a otros
componentes del cereal. Los cereales, como semillas, son alimentos muy ricos en
proteínas y estas no siempre sientan bien a todo el mundo.
El gluten da sabor y esa textura elástica y
mantecosa a los panes y a todo producto que lleve gluten añadido. Por eso está
presente en muchísimos productos alimenticios, ¡y resulta adictivo! El problema
del gluten es que, si no se asimila bien, actúa en el cuerpo como lo que su nombre indica:
pegamento (¡super-glue!). Algunos
investigadores señalan que el gluten y otras proteínas de los cereales son
auténticos mecanismos de defensa contra los animales comedores de plantas,
generando toxinas que dañan su metabolismo. ¿Podría ser?
En todo caso, y para ser objetivos, estudiaos
un poco. Si tenéis problemas digestivos inexplicables u otras molestias, probad
a dejar el pan durante una semana y ved si hay diferencia. Sinceramente, lo he
oído decir a muchas personas: «cuando como menos pan, o cuando no tomo pan, me
encuentro mejor». ¿Es tu caso? Si el trigo es un problema para ti, notarás la
diferencia en apenas un día dejándolo de comer. Incluso sentirás mayor despeje
mental.
Sé que cuesta... ¿Por qué todo lo que nos hace
daño es tan, tan, tan apetitoso y adictivo? A mí me está costando sangre dejar
el pan. No soy celíaca, pero el trigo no me sienta bien. En un reciente test
sanguíneo de intolerancias me detectaron una sensibilidad a este precioso
cereal, así como al maíz y a la avena. De modo que ya sé lo que me toca.
Echad un vistazo a este
enlace y fijaos en los síntomas. Si sufrís alguno de ellos, es posible que
sea por el trigo... Cuesta dejarlo. Pero ¿no vale la pena, a cambio de sentirse
mejor, ligero, energético, y gozar de unas digestiones 10?
El negocio gluten-free
Dicho esto, hay que decir que el mercado de
productos sin gluten ha proliferado en los últimos tiempos y está resultando
ser un negociazo. Y aquí, como en todo, hay que saber distinguir. Hay panes y
productos sin gluten que sí, no llevan gluten, ni trigo, ni leche... pero están
atiborrados de aditivos que son cualquier cosa menos sanos. Entre otros, muchas
grasas hidrogenadas (trans) o azúcares modificados, o compuestos químicos
sospechosos.
¿Lo mejor? Simplifica tu vida, olvídate de los
envasados y ve a los productos frescos, los que crecen de la tierra y los que
puedes ver qué son, sin envoltorio. Busca panes artesanales sin gluten, hechos
al día. Prueba a ver cómo te sientan. Y si no te acaban de convencer, olvídate
del pan y busca alternativas.
Come frutas, verduras, legumbres y cereales
que no te hagan daño. El más seguro de todos es el arroz. Eso sí, bien lavado y
mejor si es integral, bien cocido. Luego están los seudo cereales con proteínas
completas y omega 3: la quínoa y el alforfón (trigo
sarraceno). ¡Dos alimentos a tener en cuenta! Se cocinan como un arrocito y si
te acostumbras a su sabor, son excelentes opciones dietéticas, y un regalo para
tus intestinos. Tanto el arroz, como la quínoa o el alforfón puede cocinarlos
dulces o salados, como desayunos, meriendas o almuerzos. Si digieres bien la avena, a por ella. Es un
alimento de atletas y caballos de carrera, un alimento con muchísimas
propiedades y con el que puedes hacerte unos mueslis y gachas cremosas para
chuparte los dedos.
Esta
página te puede dar ideas: su autora es una celíaca muy creativa que ha publicado
un libro y tiene muchísimas recetas deliciosas sin gluten.
Mi alimento de confort, dado que tengo
problemas con el trigo y la avena, es el arroz. Ahora mismo me acabo de tomar
un arrocito con leche de almendra (sin azúcar) y con canela, una delicia de
desayuno. ¡Con esto no se añora el pan!
No hay comentarios:
Publicar un comentario