La siesta es una estupenda costumbre
mediterránea. Pero con la vida ajetreada que llevamos, parece que ha sido
relegada a las vacaciones, a los jubilados o a los enfermos. Para mí se ha
convertido en una parte imprescindible de mi rutina diaria, y es el mejor tónico
digestivo que conozco.
Un ratito de lectura y una pequeña siesta, de
no más de 20 ó 30 minutos, hacen maravillas en la digestión. Cuando me levanto
me siento mucho más despejada y ligera. Y no es por casualidad. Mientras
duermes, tu cerebro y tu cuerpo descansan y toda la energía del cuerpo va a lo
que tiene que hacer: digerir la comida. La sangre puede afluir al abdomen,
porque no hay que trabajar ni pensar, y el proceso digestivo se optimiza. Si
tienes el estómago delicado una pequeña siesta puede ayudarte más que el mejor
antiácido.
Se ha escrito mucho sobre los beneficios de
una siesta bien hecha. Personalmente, el día que no puedo dormirla lo noto, y
mucho. Sé que no es sencillo, con los horarios que tenemos, pero si puedes
combinártelo, te aconsejo adquirir este hábito. Te doy varias ideas.
Si es posible evita el sofá, ve a la cama,
desnúdate o ponte el pijama, relájate y busca una postura que te sea
confortable. A mí me resulta bien sobre el costado izquierdo y con la cabeza un
poco elevada con cojines.
Tápate bien, sobre todo en invierno. En
verano, puedes dormir destapado, pero cúbrete siempre la barriga, con una
mantita o un chal. Es importante conservar el calor sobre la zona abdominal y además
da mucho confort.
Procura que el ambiente a tu alrededor sea
silencioso y calmado. Nada de tele ni aparatos encendidos, aunque, si te ayuda,
puedes poner una música suave de fondo.
Algunas personas hacen siestas magníficas en
el sofá. Encuentran su postura preferida y duermen arrullados por la tele o la
radio, incluso envueltas en su bata o su mantita. Bueno, si se sienten bien
así, cada cual sabrá. Pero los sofás suelen propiciar malas posturas y se corre
el riesgo de levantarse con la espalda contraída y el cuello torcido. En todo
caso, la señal de que has dormido una
buena siesta te la dará tu cuerpo: más despeje, físico y mental, bienestar y
energía para iniciar la actividad de la tarde. ¡El cuerpo no te engaña nunca!
No hay comentarios:
Publicar un comentario