viernes, 11 de mayo de 2018

¿Qué pasa con el trigo?

El trigo es uno de los alimentos básicos de la humanidad. Desde los inicios de la agricultura, el trigo y otros cereales nos han salvado de muchas hambrunas y han permitido que las civilizaciones prosperasen.

Buscando un mayor rendimiento de las cosechas, el trigo ha sufrido diversas modificaciones genéticas por mano del hombre. Esto ha sucedido con muchas otras plantas. Pero en las últimas décadas el caso del trigo ha sido exagerado. El trigo que hoy se cultiva en el 90 % de los campos es de una variedad tan modificada que su genoma es.... ¡cuarenta veces más complejo que el genoma humano! Las proteínas del trigo son tan enormes que el organismo humano no siempre puede asimilarlas, y las rechaza como si fueran bacterias invasoras. De ahí que, cada vez más, oigamos casos de personas que no pueden tomar trigo o derivados de este cereal.

Algunas distinciones


No es lo mismo alergia, que intolerancia. Tampoco es lo mismo “trigo” que “gluten”. Vamos a distinguir un poco.

Alergia es una reacción subita y violenta de nuestro sistema inmune contra una sustancia que nos resulta tóxica. Puede requerir hospitalización urgente y hay riesgo, incluso de muerte. Si eres alérgico a algo, debes evitar esa sustancia a toda costa.

Intolerancia es un rechazo no tan agresivo, pero no menos importante. El cuerpo no acepta un nutriente y el sistema inmune intenta eliminarlo como sea. Si tomamos con frecuencia un alimento que nos produce intolerancia acabaremos desequilibrando el sistema inmune: o no funcionará o reaccionará produciéndonos efectos indeseados. Hay muchos síntomas de un sistema inmune deprimido o exasperado: irritación de la piel, psoriasis, artritis, migrañas, hinchazón abdominal, cansancio, dolor muscular, estreñimiento o diarrea, ronquera, congestión nasal... Todo esto son señales de que estamos tomando algo que nos daña, aunque no sepamos qué es. Muchas molestias inexplicables tienen su origen en un sistema inmune dañado por alguna intolerancia.

Y por último está la “sensibilidad”, otra forma de intolerancia, que puede dar síntomas menos severos, pero que también indica que debemos dejar de tomar alguna sustancia.

En la página web Celiacos.org explican bien en qué consiste la celiaquía.
En la página del Dr. Schar encontrarás la diferencia entre celiaquía, alergia al trigo, sensibilidad al gluten y otras enfermedades relacionadas con los cereales.
¿Habéis oído hablar del neurogluten? Pues alerta. Se están descubriendo diversos problemas neurológicos causados por el gluten. El tema da qué pensar.

Trigo, gluten y otros granos


El gluten es una de las proteínas que contiene el trigo. No es la única, por eso hay personas que no son alérgicas al gluten, pero sí a otros componentes del cereal. Los cereales, como semillas, son alimentos muy ricos en proteínas y estas no siempre sientan bien a todo el mundo.

El gluten da sabor y esa textura elástica y mantecosa a los panes y a todo producto que lleve gluten añadido. Por eso está presente en muchísimos productos alimenticios, ¡y resulta adictivo! El problema del gluten es que, si no se asimila bien, actúa en el cuerpo como lo que su nombre indica: pegamento (¡super-glue!). Algunos investigadores señalan que el gluten y otras proteínas de los cereales son auténticos mecanismos de defensa contra los animales comedores de plantas, generando toxinas que dañan su metabolismo. ¿Podría ser?

En todo caso, y para ser objetivos, estudiaos un poco. Si tenéis problemas digestivos inexplicables u otras molestias, probad a dejar el pan durante una semana y ved si hay diferencia. Sinceramente, lo he oído decir a muchas personas: «cuando como menos pan, o cuando no tomo pan, me encuentro mejor». ¿Es tu caso? Si el trigo es un problema para ti, notarás la diferencia en apenas un día dejándolo de comer. Incluso sentirás mayor despeje mental.

Sé que cuesta... ¿Por qué todo lo que nos hace daño es tan, tan, tan apetitoso y adictivo? A mí me está costando sangre dejar el pan. No soy celíaca, pero el trigo no me sienta bien. En un reciente test sanguíneo de intolerancias me detectaron una sensibilidad a este precioso cereal, así como al maíz y a la avena. De modo que ya sé lo que me toca.

Echad un vistazo a este enlace y fijaos en los síntomas. Si sufrís alguno de ellos, es posible que sea por el trigo... Cuesta dejarlo. Pero ¿no vale la pena, a cambio de sentirse mejor, ligero, energético, y gozar de unas digestiones 10?

El negocio gluten-free


Dicho esto, hay que decir que el mercado de productos sin gluten ha proliferado en los últimos tiempos y está resultando ser un negociazo. Y aquí, como en todo, hay que saber distinguir. Hay panes y productos sin gluten que sí, no llevan gluten, ni trigo, ni leche... pero están atiborrados de aditivos que son cualquier cosa menos sanos. Entre otros, muchas grasas hidrogenadas (trans) o azúcares modificados, o compuestos químicos sospechosos.

¿Lo mejor? Simplifica tu vida, olvídate de los envasados y ve a los productos frescos, los que crecen de la tierra y los que puedes ver qué son, sin envoltorio. Busca panes artesanales sin gluten, hechos al día. Prueba a ver cómo te sientan. Y si no te acaban de convencer, olvídate del pan y busca alternativas.

Come frutas, verduras, legumbres y cereales que no te hagan daño. El más seguro de todos es el arroz. Eso sí, bien lavado y mejor si es integral, bien cocido. Luego están los seudo cereales con proteínas completas y omega 3: la quínoa y el alforfón (trigo sarraceno). ¡Dos alimentos a tener en cuenta! Se cocinan como un arrocito y si te acostumbras a su sabor, son excelentes opciones dietéticas, y un regalo para tus intestinos. Tanto el arroz, como la quínoa o el alforfón puede cocinarlos dulces o salados, como desayunos, meriendas o almuerzos. Si digieres bien la avena, a por ella. Es un alimento de atletas y caballos de carrera, un alimento con muchísimas propiedades y con el que puedes hacerte unos mueslis y gachas cremosas para chuparte los dedos.

Esta página te puede dar ideas: su autora es una celíaca muy creativa que ha publicado un libro y tiene muchísimas recetas deliciosas sin gluten.

Mi alimento de confort, dado que tengo problemas con el trigo y la avena, es el arroz. Ahora mismo me acabo de tomar un arrocito con leche de almendra (sin azúcar) y con canela, una delicia de desayuno. ¡Con esto no se añora el pan!

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